He aprendido a valorar todo lo que tengo, lo que la vida me regala cada día y agradecerlo de corazón porque sé que realmente soy afortunada y que gracias a dios, gran parte de mi futuro camino, depende de mí misma, de mis decisiones.

Cada uno escogemos quién nos acompañará a lo largo del camino, con quién compartir nuestros sueños, y durante cuánto tiempo queremos tenerlos a nuestro lado.
Y cada una de las personas que elegimos nos aportan algo, bueno o malo. O bueno al fin y al cabo, porque todo es experiencia si nos damos cuenta de ella

Me gusta cuando me levanto cada mañana y el aire que respiro me recuerda que estoy viva, que miro a mi hija y la veo con salud, los seres queridos que tengo a mi lado y que yo ocupo un pedacito de espacio en sus vidas (que importante es sentirse querido…)
Adoro la sensación de sentarme en la rueda de la vida y disfrutarla con todos los sentidos, porque nunca nadie sabe qué puede pasar mañana. Porque puede que mañana yo ya no esté aquí, o que una verdadera desgracia inunde mis días felices. Y porque, realmente, la vida no es eterna, todo tiene un final y tarde o temprano dejaré de ver con estos ojos a todos los seres que amo y ellos ya nunca me verán a mí.
Poco a poco todos nos iremos separando, tal vez reuniéndonos en otra vida...o tal vez no.

Y los años pasan tan deprisa.....o los días, o las horas....
Y la vida es una rueda de emociones .... un suspiro, donde a cada nueva vuelta de cada nueva esquina nunca nadie sabe lo que a uno le puede esperar....



jueves, 19 de mayo de 2011

SIMPLE



¿Feliz?

La felicidad no está en el puesto de la vida que uno ocupe, ni en unas compras derrochadas al antojo de los ojos, ni en unos enseres nuevos donde compartir las tertulias...

Las circunstancias de la vida nos alzan a veces y otras nos arrastran al fango olvidado de los miedos y pesares.

No importa lo vivido más que para aprender de ello. 
Y nadie vive la vida como la sueña de niño.

¿Realizado?

A veces la realización consiste en darte cuenta de lo grande que eres como persona 
De ser capaz de vivir todos aquellos pequeños detalles que son los que de verdad cuentan para hacerte feliz... y que la gran mayoría pasa de largo sin llenar sus vidas de lo que realmente importa.

¿Perdido?

No hay ningún punto donde, de pronto, la vida juegue con nuestro destino.

Lo obtenido es la consecuencia de unos actos enlazados, buenos o malos, y frustrarnos por el camino escogido y no aceptarlo es lo que nos come por dentro de impotencia.

Todos, en definitiva, llevamos una mochila repletita de un pasado donde existen triunfos y fracasos, penas y alegrías, inquietudes y traumas.

Cada día es un día nuevo donde sólo nosotros podemos escoger sentirnos felices o defraudados con la vida que llevamos. 
Realizados o avergonzados por las penas vividas que nos pasan factura y que pueden hacernos sentir miserables... o grandes personas de experiencias y alma.

Cada día es un día nuevo donde podemos decidir cómo sentirlo y vivirlo y no sentirnos perdidos en algo tan maravilloso como es el sentir, amar, reír, llorar, caer y levantar, compartir y explorar, desear y conquistar, aprender a perder con calma y serenidad... y un sin fin de experiencias y sentimientos, buenos o malos, que son, en definitiva, de lo que se compone la vida...

Sólo el cariño y la salud de la gente querida, de los hijos... una conversación agradable...  una palabra de apoyo... una labor altruista... el sol de cada mañana....Sólo, todo eso, deberían de marcar la felicidad que a veces perdemos sin darnos cuenta de que ya la tenemos

Toma el tiempo que tú necesites.... 
Recorre el interior de tu alma... 
Despelleja tu piel como a una cebolla...

Y cuando hayas llorado en silencio tus penas, flagelado tu vida y sangrado tu dolor... 
Amarra de nuevo tus días, porque el sol que brilla en el cielo de cada nuevo día, seguirá, sin duda alguna, brillando también para ti



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